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En la madrugada del domingo 6 de marzo llegaba por carretera a la frontera rumana con Ucrania uno de los cargamentos de ayuda humanitaria enviado por la Parroquia Santa Teresa de Jesús (Getafe).

Dos jóvenes feligreses ucranianos de esta parroquia, Pavlo Komarnytskyy y Yurii Yuziuk, han recorrido más de tres mil kilómetros conduciendo por turnos la furgoneta donada por otro diocesano, Enrique Arnao, perteneciente  a la  Parroquia Santo Cristo de la Misericordia (Boadilla del Monte) y que se unió al proyecto aportando su experiencia en coordinación de logística.

Los dos jóvenes partieron de Getafe el jueves por la noche y atravesando Europa llegaron a Cluj (Rumanía) donde se unió el boadillense –que se había trasladado por avión-  rumbo a la frontera con Ucrania donde pudieron descargar los cientos de kilos de medicamentos, y las mantas y sacos de dormir que llevaban para ayudar a las miles de personas que buscaban refugio y comida.

Respecto a su colaboración, Pavlo señala que “estaba preocupado e inquieto con toda la situación que se estaba viviendo en mi país. Sentía que tenía que hacer algo, que tenía un deber con mi pueblo y con Andry, el capellán de la comunidad ucraniana de Getafe que se ha quedado en Ucrania para ayudar a sus compatriotas. Somos amigos desde pequeños”.

jovenesucranianosdeladiocesis“Cuando Enrique puso a disposición de la parroquia esta furgoneta pensé que había que aprovechar la oportunidad” explica.

Este colaborador de Boadilla subraya que “la idea además de llevar estos productos es aprovechar la capacidad de la furgoneta para traer gente, sobre todo madres y niños que no puedan viajar por avión” y en cuanto puedan regresar “durante la semana del 7 de marzo” traerán a todas estas personas “para lo cual ya tenemos previsto algún alojamiento en la Diócesis”.

 “Hemos visto como el Señor nos iba acompañando durante todo el viaje, facilitando las cosas, guiándonos en medio de las carreteras oscuras y nevadas o incluso en forma de cruces que los rumanos iluminaban en el camino y que eran una señal para nosotros” cuenta Arnao.

“Nuestro pueblo necesita mucha ayuda, hay mucha gente desplazada que ha perdido sus hogares, que ha visto como asesinaban a sus familias. Pero sobre todo, necesita nuestra oración” concluye Pavlo.

La Parroquia Santa Teresa de Jesús lanzó su campaña de colaboración con Ucrania desde el estallido del conflicto bélico y continúa recogiendo  enseres y donativos para ayudar a la población ucraniana.