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El primer domingo de Cuaresma, el día 6 de marzo, se celebró el Rito de Elección del Catecumenado en la Catedral Santa María Magdalena (Getafe), presidido por el vicario episcopal para la Evangelización y la Transmisión de la Fe, Jesús Manuel Úbeda.

En el Rito, que tuvo lugar en el transcurso de la celebración eucarística de la tarde, nueve catecúmenos fueron elegidos para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana en la próxima Vigilia Pascual. 

Ellos fueron partícipes, junto a sus futuros padrinos de Bautismo y sus catequistas, en la celebración de la liturgia de la Palabra y, después de la homilía, presentados por sus padrinos, recibieron el grado de los Elegidos y sus nombres fueron escritos para siempre en el Libro de la Vida.

También fueron invitados a abandonar sus bancos, para ocupar el lugar que la Iglesia les reserva, hasta el día en el que puedan participar plenamente de la santa Misa, una vez recibido el Bautismo.

Los candidatos pertenecen a siete parroquias de distintos municipios de la Diócesis: Alcorcón, Boadilla del Monte, Fuenlabrada, Leganés, Parla y Valdemoro y tienen edades comprendidas entre 19 y 44 años.  Cuatro de ellos son españoles, y el resto de países tan diferentes como India, Perú o Alemania.

Junto con dos más, de Getafe y Cenicientos, recibirán los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía, de manos del obispo D. Ginés García Beltrán.

El vicario episcopal, en referencia a las lecturas y al Rito que estaban celebrando advirtió que “como el mismo Cristo fue tentado por el demonio en el desierto, tal y como nos mostraban las lecturas sagradas, así ellos serán tentados duramente durante esta Cuaresma, antes de recibir los sacramentos”.

"Toda la Iglesia pide y se sacrifica por vosotros, para que la gracia os ayude a salir vencedores (…) no es pecado tener tentaciones, sino sucumbir a ellas", les alentó Úbeda.

Con gran entusiasmo les ayudó a combatir las tentaciones, y a seguir el ejemplo del Maestro, que “prefirió la intimidad y la promesa de eternidad y amor verdadero del Padre a todas las proposiciones del demonio, que, además de ser vanas, no pueden llenar el corazón del hombre ni darle la felicidad que ansía”.

Les animó a vivir de la fe de la Iglesia, que les han mostrado sus catequistas y padrinos, y señaló que “en esta nueva etapa de purificación e iluminación, necesitan realmente nuestro apoyo, para que nuestra oración les alcance la gracia que necesitan para ser dados a luz a la vida eterna, en el Bautismo”.