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25/10/2023. El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el pasado 20 de octubre una misa en la Parroquia Santiago Apóstol (Valdemoro) por el eterno descanso del alma de la Madre Elvira, fundadora de la Comunidad del Cenáculo, fallecida el pasado 3 de agosto.

En la celebración estuvieron presentes, además del párroco, Jon García Escobar, algunos miembros de los grupos de oración pertenecientes a esta Comunidad que se reúnen en Valdemoro y en otros lugares de la Diócesis.

La Comunidad nació como deseo de Dios en el corazón de Madre Elvira hace cuarenta años, un 16 de julio de 1983. Ese día comenzó a vivir en una casa ruinosa prestada por el Ayuntamiento de Saluzzo (Italia) junto a otra religiosa y con 12 jóvenes que estaban en la calle, destruidos por las adicciones, las heridas y la ausencia de una amistad con Cristo.

Desde esa primera casa y aquella pequeña primera Fraternidad, hoy son casi 80 casas con unos 3.000 jóvenes las vidas que caminan "de las tinieblas a la luz".

El obispo D. Ginés en su homilía recordó el carisma y la labor de la Madre Elvira con los jóvenes, tomando como base una frase que ella repetía: "Algunos me dicen que soy una mujer exigente. Que pido mucho a los jóvenes. ¡No! ¡Yo no pido mucho a los jóvenes, yo a los jóvenes se lo pido todo, porque confío en el corazón humano!".

"La niña hija de gente pobre, con un padre alcohólico que sufrió especialmente de niña las burlas y la vergüenza por esta debilidad de su papá, pero que supo darse cuenta de que fue su gran escuela para crecer y madurar en la fortaleza y para aprender a ayudar a los jóvenes con dependencias" relató el prelado

D. Ginés subrayó cómo con "el fruto de decir Sí a las llamadas de Dios, con su entrega", Madre Elvira había rescatado las vidas de decenas de miles de jóvenes y llevado la alegría a tantas familias.

Una de estas jóvenes diocesanas, cercanas a la Madre Elvira, y que está haciendo su 'camino de Resurrección' quiso compartir su experiencia en el transcurso de la celebración, ya que había estado junto al lecho de la Madre durante sus últimos días de vida.

Esta joven, como tantos otros de la Comunidad, se considera "verdadera hija de esta humilde religiosa que ha consumido su vida por los chicos y chicas más rotos y equivocados".

Al final de la Misa, algunos jóvenes que están en la Comunidad y otros que ya terminaron su camino, así como algunas familias de la  Diócesis, dieron gracias a Dios y a Madre Elvira por su "Sí" y por la restauración de sus vidas y sus familias que Dios ha podido hacer a través de la Comunidad que, lejos de ser "'un camino terapéutico',  es más bien una 'escuela de vida' para los jóvenes, escuela que nace de lo más central del Evangelio: la verdadera amistad, el trabajo, la oración, y la acción materna de la Virgen María".

Señala el párroco de Valdemoro, Jon, que "en la Diócesis de Getafe hay en este momento tres jóvenes en Comunidad, de Alcorcón, Móstoles y Valdemoro; otra media docena hace coloquios para entrar en ella, y una decena de jóvenes que salieron de la misma, viven ahora en diferentes localidades de la geografía diocesana insertados en la cotidianidad del estudio o del trabajo con una vida nueva