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04/12/ 23. Alberto Naranjo, joven universitario Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, vive su fe en la parroquia de Griñón y en reuniones de Effetá, de adoración y de los Jóvenes en el Costado de Jesús. 

Este joven ha logrado colarse en el top 20 del ránking nacional de tenis en silla de ruedas y ya sueña con estar un día en unos Juegos Paralímpicos. 

Padre de Todos ha querido entrevistarle con motivo del Día Internacional de la Discapacidad y la celebración de la Primera Jornada diocesana dedicada a la pastoral de las personas con alguna discapacidad.

 

¿Cuánto tiempo llevas practicando este deporte? 

Empecé a los 11 años, aunque de forma más profesional llevo desde hace cuatro, cuando comencé la carrera, y ya he disputado algún torneo internacional. 

¿Ves en el horizonte unos Juegos Paralímpicos? 

Bueno, para eso aún tengo que trabajar mucho. Primero necesito acabar mis estudios, para poder dedicarle más tiempo al tenis en silla de ruedas. Pero estoy seguro de que, cuando entrene el mismo tiempo que el resto de jugadores, llegaré alto. La gente que forma parte de mi equipo así lo cree. 

Además del deporte, estás estudiando un máster. ¿Hay tiempo para todo? 

La verdad es que mi vida en este momento es bastante ajetreada, pero plena. Soy feliz y estoy muy contento. 

Habrás oído mil veces “eso no lo puedes hacer”. ¿Cómo se gestiona? 

Es como todo. Con esfuerzo y trabajo, todo se consigue. Si te dicen que no vas a poder caminar y eres cabezota, como es mi caso, pues te pones a trabajar y, con mucho tiempo con entrenadores y ‘fisios’, al final logras andar y tus objetivos. 

¿Qué papel juega la fe? 

Es uno de los pilares fundamentales. La discapacidad no la vive igual una persona que tiene fe. A mí me ha permitido entender mejor mi enfermedad, que es un medio de santificación, no solo para ti, sino para la gente que tienes a tu alrededor. También puedes ayudar a otras personas a través de tu ejemplo. A mí me da mucha tranquilidad y mucha paz, porque sé que, si algo pasa, es porque el Señor lo quiere y todo tiene un sentido. Si lo ha permitido, es porque al final te va a hacer mejor a ti. 

Y la familia, ¿qué lugar ocupa en tu vida? 

 La familia es fundamental. Yo doy gracias a Dios por los padres y los hermanos que me han tocado. Siempre me han tratado como a uno más. Nunca me han sobreprotegido y han hecho que aprendiera por mis propios medios.