ordenados2016

27/12/23. El Belén del Seminario diocesano Nuestra Señora de los Apóstoles quiere conmemorar este año el octavo centenario del primer belén de la historia, creado por San Francisco de Asís en la población italiana de Greccio (Italia).

Está ubicado en la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, en el Cerro, se puede visitar todos los días desde las 9.00 a las 21.00 horas hasta el domingo del Bautismo del Señor.

Según ha comunicado el Seminario en nota informativa  “en esta ocasión el Nacimiento del Seminario quiere festejar el gran acontecimiento del primer nacimiento del año 1223 en Italia”

”El Papa Francisco en su Carta Apostólica ‘Admirabile Signum’ sobre el significado y el valor del Belén, relata como fue: ‘Quince días antes de la Navidad, Francisco llamó a un hombre del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo: «deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su desvalimiento de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno. Tan pronto como lo escuchó, ese hombre bueno y fiel fue rápidamente y preparó en el lugar señalado lo que el santo le había indicado. El 25 de diciembre, llegaron a Greccio muchos frailes de distintos lugares, como también hombres y mujeres de las granjas de la comarca, trayendo flores y antorchas para iluminar aquella noche santa. Cuando llegó Francisco, encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas que llegaron mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca habían experimentado. Después el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la Eucaristía. En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén fue realizado y vivido por todos los presentes”.

“El primer biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, recuerda que esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo niño Jesús. De aquel belén de la Navidad de 1223, «todos regresaron a sus casas colmados de alegría»” continúa.

“Así – continúa la nota explicativa del Seminario- nuestro Nacimiento tiene muchas alusiones a aquel primer belén de 1223: “el pueblo que se ha querido representar no es el Belén del siglo I, sino el Greccio del siglo XIII; el establo es la gruta elegida por san Francisco, al fondo de la cual se contempla el fresco que retrata ambos belenes (el del siglo I y el del XIII); en el establo, es el propio santo quien sostiene al niño Dios ante la mirada tierna de san José y la Virgen. Detrás de él está santa Clara con la Eucaristía en la custodia, recordándonos la estrechísima relación entre el acontecimiento de Belén y cada misa: Dios se ha hecho carne para dar a comer su Cuerpo y a beber su Sangre y transformar al hombre en Dios; dos ángeles participan de la escena aludiendo a la advocación de ‘Santa María de los Ángeles’, la Virgen de la Porciúncula, Madre de la familia franciscana y patrona de nuestra Diócesis, que preside el retablo de esta ermita; el Cristo de San Damiano contempla desde lo alto la escena; los animales, tan queridos por el santo, participan también en ella: tanto los tradicionales mula y buey, como el lobo de Gubbio, amansado por el santo, y algunas tórtolas y palomas; a la puerta de la gruta se encuentra el rosal que floreció milagrosamente a la muerte de san Francisco; el leproso, cuyas llagas besó el santo en el momento de su conversión, es el primero en llegar a la gruta; el resto de los personajes serían aquellos habitantes de Greccio que fueron las primeras “figuritas” de todos los belenes de la historia”.

“Otro detalle es que un pastor en actitud adorativa nos recuerda que el Belén ha sido realizado por seminaristas, jóvenes que se preparan con entusiasmo para hacer entrega de su vida a Dios y a los hermanos en el ministerio sacerdotal” añade.

Continúa relatando la nota que “la espiritualidad franciscana se refleja también en la sencillez y pobreza de todos los personajes que aparecen este año en el belén, y en la acogida de los Magos de Oriente, signo de la llamada de Francisco a la fraternidad universal, más allá de toda diferencia entre los hombres”.

“La estrella que remata el Belén es una llamada a todos a acercarse a encontrar en el Dios recién nacido lo que verdaderamente desea su corazón, que no es ‘algo’, sino a ‘Alguien’, que viene a hacernos sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a experimentar que en esto está la felicidad. Que en la escuela de san Francisco abramos el corazón a esta gracia sencilla, dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro ‘gracias’ a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos” subraya.

“Esperamos que la contemplación de este Nacimiento suscite en todos cuantos lo admiren, como sucedió en el corazón de san Francisco, sentimientos de asombro y gratitud, y deseos de corresponder a tanto amor. Quienes lo han realizado lo han hecho con esa intención y rezan cada día por quienes lo contemplarán, para que, como les ha pasado a ellos, vivan una experiencia personal de encuentro vivo con Cristo vivo que les cambie la vida” concluye el texto del Seminario Mayor.

 

Ver el belén en el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=0RH0KMhtyyQ