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El pasado domingo 2 de octubre, fiesta de los Ángeles custodios,  se celebró en la iglesia del Convento de las Madres Carmelitas del Cerro de los Ángeles la eucaristía presidida por el obispo diocesano D. Ginés García Beltrán y concelebrada por varios sacerdotes, en el 18º aniversario de la partida para el cielo de la Sierva de Dios, María Josefa del Sagrado Corazón de Jesús, carmelita descalza.  

El acto contó con la asistencia de varios familiares de la carmelita descalza y un nutrido grupo de fieles que llenaron la iglesia. 

D. Ginés en su homilía y tomando como referencia las lecturas del día quiso reflexionar sobre la importancia de la fe relacionándolo con las palabras de la Madre María Josefa que se publicaron en la revista de octubre de 2012: "la fe fue creciendo en ella de una manera extraordinaria. Los lazos que le unían a Dios se iban estrechando cada vez más. Su mirada se iba haciendo más sobrenatural. El Señor le fue pidiendo cada vez más y ella fue muy generosa procurando no negarle nada. En todos los acontecimientos descubría los planes de Dios y ponía manos a la obra para que se cumplieran. Su fe le llevó a saber encontrar el modo de demostrar a Dios su amor aprovechando todos los momentos dolorosos y difíciles perseverando en la fidelidad y en el bien. Así se ve por este consejo que escribió en una ocasión: “El Señor te quiere solo para El; esto no lo dudes nunca, en consuelo o en sequedad. Cuando se le siente es fácil serle fiel; cuando se está en sequedad entonces es cuando le probamos nuestro amor y Él ve que es verdadero”.

El obispo también quiso subrayar que “la fe no es el momento en que uno encuentra a Dios sino que se manifiesta a lo largo del devenir de nuestra vida en la permanencia al lado del Señor; para que al final de nuestra existencia podamos decir como en el Evangelio de Lucas: ‘Soy siervo inútil, he hecho lo que debía de hacer’”.

A final de la eucaristía, los asistentes pudieron visitar y dialogar con las Madres Carmelitas en su locutorio.