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El domingo 18 de junio se celebró el Rito de Ingreso al Catecumenado en la Catedral Santa María Magdalena, Getafe.

Jesús Úbeda, vicario para la Evangelización y la Transmisión de la Fe, presidió la ceremonia, en la estuvieron presentes María Barber, delegada de Anuncio, Catecumenado y Catequesis, y varios presbíteros, que quisieron acompañar a sus catecúmenos:  José Ignacio Izquierdo y David Corregidor, párroco y diácono permanente respectivamente,  de Santa Teresita del Niño Jesús (Leganés); Daniel Navarro, vicario parroquial del Carmen (Móstoles); Juan Luis Valera, vicario parroquial de Santos Justo y Pastor (Parla); Rubén Herráiz, vicario parroquial de la Inmaculada (Alcorcón); Ángel Hernández, diácono permanente del Santo Cristo de la Misericordia (Boadilla del Monte); Jesús Iglesias, vicario parroquial de Natividad de Nuestra Señora (San Martín de la Vega), y Miguel Ángel Rodea, recién ordenado diácono, de San Esteban Protomártir (Fuenlabrada). 

En ella participaron 15 simpatizantes -de entre 17 y 66 años-, acompañados de sus catequistas y padrinos, además de un buen número de fieles de sus parroquias de origen, que quisieron estar cerca de estos recién llegados, que se preparan para iniciar el camino del Catecumenado, a pesar de las altas temperaturas. Algunos pudieron disfrutar por primera vez de la belleza de este Rito, bien nutrido de signos y preparado con esmero por la santa Madre Iglesia. 

El Señor les ha llamado desde una decena de parroquias diferentes de la diócesis, y desde distintos países de origen, además de España: Azerbaiyán, Chile, China, El Salvador, Honduras y Sierra Leona.

El Rito comenzó en el atrio de la Iglesia, donde los catecúmenos manifestaron su deseo de recibir la fe católica, rechazaron los ídolos y el poder del maligno, fueron signados con la cruz de Cristo, que desde ese momento colgarán ya del pecho y después, invitados a entrar en el templo a ocupar el puesto que la Iglesia les tiene ya reservado para ellos.

Úbeda en su homilía les recordó la importancia del rito que estaban celebrando ese día: "hemos comenzado esta celebración como siempre comienza una historia de amor: con una disponibilidad, con una apertura de corazón, con libertad. Y es una historia particular. Con nombre  (...) Le habeis dicho a la Iglesia que quereis tener fe".

"Cada uno de vosotros ha llegado aquí de una manera diversa. Dios os empujaba y os atraía como un enamorado (...) Dios os ha buscado y no se cansará de buscaros" les animó el vicario episcopal.

Tras la homilía recibieron de manos del vicario y besaron el gran tesoro de la Palabra de Dios. 

En la sacristía se les entregó el Compendio del Catecismo, y a sus catequistas las catequesis que de manera sistemática han de enseñar y vivir a lo largo del Catecumenado.