orientacionestransmisionesweb

10/01/2024. La Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales en colaboración con la de Liturgia ha publicado un manual que recoge las ‘Orientaciones para la retransmisión de la celebración de la Eucaristía’ aprobadas en la Asamblea Plenaria del pasado mes de noviembre.

Se trata de unas orientaciones, no normativas, para ayudar a los sacerdotes y técnicos en la retransmisión eucarística. El objetivo principal es dignificar la Eucaristía teniendo en cuenta especialmente a la “comunidad virtual” que vive la celebración, por distintas razones, a través de estas retransmisiones.

En la introducción del documento se señala que “desde hace muchos años, la retransmisión de la eucaristía por radio y televisión ha sostenido en parte la vida cristiana de aquellas personas que no podían acudir a la parroquia por causa grave. Aunque no están obligadas por el precepto dominical ni la retransmisión sirva para cumplirlo, sin embargo, han encontrado en estos medios un instrumento valioso para sostener y hacer crecer su vida espiritual”. 

“Con el fin de hacer más fructífera esa experiencia, en marzo de 1986, las Comisiones Episcopales de Liturgia y de Medios de Comunicación Social publicaron un ‘Directorio litúrgico para la retransmisión de las misas por radio y televisión’” añaden. 

Sin embargo, las nuevas circunstancias y la multiplicación de las posibilidades técnicas para la retransmisión a través de nuevos canales y soportes hacen necesaria una reflexión más actualizada sobre el valor y el papel que estos medios pueden desempeñar en la vida del Pueblo de Dios. Se busca concretar aquí el principio establecido en la Sacrosanctum Concilium al señalar que ‘las transmisiones radiofónicas y televisivas de acciones sagradas, sobre todo si se trata de la celebración de la misa, se harán discreta y decorosamente’”.

Entre las indicaciones que se publican, se destaca que “la retransmisión de la misa debe ser conocida y autorizada por el obispo o por la persona a quién él delegue, a través de todo  tipo de canales”.

“Cuando la retransmisión es iniciativa de la parroquia o de una comunidad religiosa o monástica o de otro tipo, además de la autorización del obispo, se hará a juicio y bajo la autoridad y cuidado del párroco o del sacerdote responsable de la comunidad. En estos casos, es también necesario consultar con la Delegación de Medios de Comunicación” subraya el documento.

A esto se añade que “en cada diócesis, el obispo debe concretar estas orientaciones estableciendo las normas y los pasos a seguir para las retransmisiones de la eucaristía y de otras celebraciones litúrgicas”.

Los fieles que visualicen o escuchen la retransmisión “tienen derecho a que esta sea de calidad y que tenga en cuenta los puntos centrales de la celebración, a que se conozcan los ritos y los momentos importantes, a que los comentarios sean adecuados, los encuadres respondan a la importancia de lo que se celebra y los medios técnicos no limiten ni condicionen la celebración normal de la eucaristía o la participación de los fieles presentes”.

En cuanto a la celebración que se transmite, se exige “autenticidad”, es decir “el lugar de la celebración que se retransmite debe ser un oratorio, capilla o iglesia, donde la eucaristía se celebre de forma habitual. No debe celebrarse una misa en un estudio: un plató, un escenario, un decorado televisivo no es lugar para la celebración litúrgica, con excepciones para peregrinaciones, romerías y otras celebraciones al aire libre”.

“Es importante que los fieles presentes estén informados con antelación de dicha circunstancia, sobre todo si es una retransmisión puntual, por si prefieren participar en otra celebración no retransmitida” advierten desde la CEE.

“La retransmisión debe considerar los tres polos de la celebración –altar, ambón y sede¬– y ha de expresar digna y adecuadamente el simbolismo litúrgico que representan al ser, respectivamente, la mesa de la eucaristía, la mesa de la Palabra y el lugar de la presidencia. Estos lugares sólo han de utilizarse para el uso litúrgico que les es propio” explican.

A esto se añade el consejo de que la retransmisión sea en directo y no se guarde: “que no permanezca después a disposición en las plataformas digitales de televisión, en la web parroquial o en las redes sociales, ya que la finalidad de la retransmisión es que quien no pueda asistir presencialmente a la eucaristía, se pueda unir espiritualmente a una comunidad viva que, en ese momento determinado, está celebrando comunitariamente su fe”.

Se pide también que “dada su difusión y puesto que la liturgia es expresión de la fe, las celebraciones han de ser modélicas en el ars celebrandi, en la fidelidad a la liturgia de la Iglesia, en la predicación y en el ejercicio de los distintos ministerios”. 

Y cuando coincida con alguna jornada, tanto las pontificias como las dependientes de la Conferencia Episcopal, se procure “que la temática de la jornada no invada toda la celebración, dejando en segundo plano la fiesta o el día litúrgico que se celebra”. 

El documento también tiene en cuenta a las personas que se encargan de ir comentado la liturgia de la celebración y solicita que “además de conocimiento del medio audiovisual, deben tener la adecuada formación litúrgica y bíblica para poder comentar la celebración, así como el conocimiento de las circunstancias de la comunidad cristiana que celebra, del lugar y del motivo de la celebración, en caso de celebraciones extraordinarias”.

“Tanto las retransmisiones a través de los medios de comunicación social como a través de las redes sociales se debe contar con un asesor litúrgico, bien sea un sacerdote, bien un laico con formación específica” añaden.

Se pueden descargar las orientaciones en el enlace:

https://www.conferenciaepiscopal.es/orientaciones-para-la-retransmision-de-la-celebracion-de-la-eucaristia/