¡Hola familia querida!, nos encontramos nuevamente para seguir dialogando en la fe con san Juan Pablo II, quien nos decía en el programa anterior que “El trabajo es como una “vocación” que eleva al hombre a ser partícipe de la acción creadora de Dios”. Hoy le preguntamos ¿Cómo pasar de la “soledad” a la “solidaridad” personal? Le escuchamos:
Ningún cristiano debiera permanecer insensible ante la necesidad ajena pues si la caridad es nuestro mandamiento supremo, ¿cómo se puede quedar cruzado de brazos si la justicia es el presupuesto básico y primer fruto de la caridad?
El servicio que vuestro testimonio puede prestar al hombre, requiere de cada uno de vosotros un compromiso exigente que os lleve a decir ¡basta! a todo lo que sea una clara violación de la dignidad del hombre y del trabajador.
Basta, a un conformismo reductor que no se proponga otra cosa que silenciar todo diálogo cuya cuestión central sea la persona y su dignidad en la vida y en la profesión.
Basta, a unas situaciones en las que los derechos del trabajador estén subordinados a sistemas económicos que busquen el máximo beneficio, sin reparar en la cualidad moral de los medios que emplean para obtenerlo.
Basta, a un sistema laboral que obligue a las madres de familia a trabajar muchas horas fuera de casa; que no valore suficientemente la labor agrícola; que margine a las personas minusválidas; que discrimine a los inmigrantes.
Basta, a que el derecho a trabajar quede al arbitrio de circunstancias económicas o financieras, las cuales no tengan en cuenta que el pleno empleo de las fuerzas laborales debe ser objetivo prioritario de toda organización social.
Basta, a la fabricación de productos que ponen en peligro la paz y atentan gravemente a la moralidad pública, e incluso a la salud de la población. Basta, también, a la insolidaria distribución de alimentos y a la indignidad en la vivienda de los trabajadores en tantos suburbios de las grandes ciudades.
Pero no olvidéis que ese compromiso requiere una actitud de solidaridad personal: hay que superar la tendencia al anonimato en las relaciones humanas; hay que hacer un esfuerzo positivo para convertir la “soledad” en “solidaridad”, buscando momentos de comprensión, de ayuda mutua, de fomento de la amistad.
Hasta aquí sus palabras amigas que resuenan desde la eternidad hacia lo más profundo de nuestro corazón. “Hay que superar la tendencia al anonimato en las relaciones humanas; hay que hacer un esfuerzo positivo para convertir la “soledad” en “solidaridad”. Nos encomendamos a tu intercesión querido papa santo y nos encontramos la semana que viene para seguir dialogando contigo en la fe: san Juan Pablo II. ¡Bendiciones!
Últimas Noticias
-
Las Peregrinas de la Eucaristía celebran la Jornada Pro Orantibus: Fe y alegría llegan desde Griñón
-
Oración y fraternidad en acción: Hoy, en ‘El Espejo’ de la diócesis en COPE
-
Ordenación diaconal en Villaviciosa de Odón: Tres jóvenes seminaristas dan un paso decisivo hacia el sacerdocio
-
El Sagrado Corazón de Cristo más vivo que nunca: Mañana gran Jornada en el Cerro de los Ángeles
-
La petición del obispo auxiliar a Cáritas: El verdadero tesoro de la Iglesia y ser creíbles
-
Cáritas Diocesana de Getafe, un pilar esencial ante la exclusión persistente: Presentada la Memoria 2024
-
Las comunidades contemplativas celebran el domingo la Jornada Pro Orantibus: "Una fe que desafía lo imposible"
-
Avendaño en la clausura de curso del CDT: “Ojalá que todo lo aprendido se traduzca en una vida más entregada y más misionera”