El próximo sábado 29 de marzo se celebra en el Hospital Rey Juan Carlos, en Móstoles la Jornada diocesana, que este año se ha organizado en colaboración con el COF, el Colegio Juan Pablo II de Alcorcón, el Hospital Rey Juan Carlos y la Universidad CEU San Pablo.
El tema elegido para el encuentro es: Genética y naturaleza humana bajo la mirada de Jérome Lejeune, con el lema: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?
Para la presentación del tema se han preparado 30 paneles, a modo de exposición explicativa, que reúnen una selección de textos, documentos y testimonios sobre la vida de este científico. Se podrá visitar del 24 al 28 de marzo en el Colegio Juan Pablo II, en Alcorcón, en horario de 9:00h a 20:00h; en el Hospital Rey Juan Carlos, el 29 de marzo -con motivo de la Jornada diocesana de Pastoral de la Salud- y desde el 31 de marzo al 4 de abril en la Universidad CEU San Pablo, en el Campus de Montepríncipe, desde las 9:00h a las 17:30h.
En la Jornada diocesana de Pastoral de la Salud también contarán con la presencia y conocimientos de la Doctora Mónica López Barahona que hablará a los presentes sobre los principios y fundamentos de la Bioética. El encuentro estará presidido por el Obispo Auxiliar D. José Rico Pavés acompañado del Delegado diocesano, D. Francisco Javier Arias Juárez.
Para pedir visitas guiadas de la Exposición hay que llamar al tf: 622 30 23 70 (Colegio Juan Pablo II y Hospital Rey Juan Carlos) y 633 58 67 87 (Universidad CEU San Pablo)
Un poco de historia:
Jerôme Lejeune nació en 1926 en Montrouge, cerca de París. Cursó estudios de medicina, y fue investigador en el Centro Nacional de Investigación Francesa en 1952 (CRNS). En julio de 1958, con 32 años, descubrió en un niño con Síndrome de Down que su enfermedad se debía a una malformación en los genes, la presencia de tres cromosomas 21. En 1964 fue el primer profesor de Genética Fundamental de la Facultad de Medicina de París. Con otros colaboradores, descubrió el mecanismo genético de otras enfermedades cromosómicas.
Su máxima preocupación era poder curar un día a sus pequeños enfermos. Sin embargo, cuando vio que parte de los profesionales de la medicina, en lugar de esforzarse por tratar a los niños con Síndrome de Down, proponían simplemente matarlos, decidió dedicarse completamente a luchar por la dignidad de estos enfermos, y por la defensa de la vida humana no nacida. Lejeune nunca tuvo dudas de que la vida humana comenzaba en el momento mismo de la concepción, de la unión del espermatozoide paterno con el óvulo materno.
